miércoles, 15 de julio de 2015

Museo de la Catedral

A todo aquel que le interese la historia de Santander, y a todos en general, le recomiendo que visite el Museo de la Catedral, situado en la torre. La visita, muy amena, comienza en el atrio, donde la guía cuenta cómo era antiguamente la costa y el poblado que dio origen a la ciudad, y cómo los romanos se asentaron aquí. A continuación la guía explica, de forma resumida, cómo fue evolucionando hasta convertirse en la actual ciudad.

Se tiene constancia de que en el siglo VIII el rey Alfonso VII construyó una pequeña iglesia santuario dedicado a San Emeterio y San Celedonio. En el siglo XI ya había una pequeña comunidad religiosa que convirtió el santuario en abadía. En el siglo XII se construyó la iglesia inferior, la actual iglesia de El Cristo, y un siglo después se terminó de construir sobre ella, empleando la misma planta, la iglesia superior, la abadía, a la que, con el paso del tiempo, se le fue añadiendo un atrio, naves, etc. Cuando fue constituido el Obispado de Santander y la abadía se constituyó en catedral, junto a ella se construyó el Palacio Episcopal.

Desgraciadamente, en el incendio de 1941 que asoló la ciudad, la catedral resultó prácticamente destruida. También se perdió el Palacio Episcopal. Sin embargo, la iglesia inferior resultó intacta, así como el atrio, que apenas sufrió daños.

Escalera de caracol en el interior de la torre

A partir de este punto, la visita se traslada al interior de la catedral, por donde se accede a la torre. Primero se llega a una pequeña sala donde en un video muy interesante se nos muestra la historia que nos acaba de contar la guía. A continuación hay que subir hasta el campanario. Para ello se puede utilizar un ascensor o se puede subir andando, con mucho cuidado, por la estrecha escalera de caracol original de la torre. 

 Campana dedicada a los Santos Mártires Emeterio y Celedonio



Vistas desde el campanario

Una vez arriba, se pueden ver las campanas de la torre y unas vistas espectaculares de Santander y de la bahía. Aquí la guía cuenta la historia de las campanas. Cada campana tiene su nombre y son de varios tamaños. Además, cada una tiene su propio sonido y su uso específico: una para los cuartos, otra para las horas, etc. Para hacerlas sonar un sistema eléctrico acciona un mazo que golpea la campana, aunque también se las puede voltear mediante motores eléctricos.





A continuación se baja a las plantas inferiores en las que se puede observar objetos encontrados en excavaciones, ménsulas, una pila bautismal de origen árabe, distintas casullas, ajuar religioso, documentos, libros de canto y otros objetos relacionados con la historia de Santander.






Dos de los objetos que más llamarán la atención a algunos son la carretilla de caoba y la pala de plata con la que Francisco de Asís, rey consorte de Isabel II, inició las obras del ferrocarril Santander-Alar del Rey en 1852.

Además del campanario, la exposición se organiza en las tres plantas interiores de la torre que, pese a ser pequeñas, están muy bien organizadas.

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