En un artículo anterior hablaba de la Rúa Mayor, la calle principal de la Puebla Vieja, o Puebla de Arriba, y que comunicaba la puerta de la Catedral con la puerta de San Pedro de la muralla que protegía la, primero villa, y luego ciudad. El camino que seguía a continuación, en el tramo comprendido entre donde estaba la antigua puerta de la muralla y el Hospital de San Rafael, era conocido popularmente como "Camino Alto" o "Calzadas Altas", nombre que fue confirmado en 1845 cuando la ciudad fue dividida en distritos.
En 1801 el Ayuntamiento dispone que "conociendo lo urgente y útil que es la avenida de la carretería por el camino Alto o de las Calzadas Altas no se permitía a la carretería venir por el camino de Becedo, como paseo que disfruta el vecindario". Los carros que accedían a la ciudad por este camino bajaban al centro por las cuestas del Hospital y de Gibaja, o por debajo de la torre de la Catedral.
Era este un camino poblado de pequeñas y modestas casas habitadas por los mareantes del Cabildo de Arriba y uno de los lugares más típicos de la Puebla Vieja. La vida en este barrio está magníficamente retratada en Sotileza, la gran obra de José María de Pereda.
El Hospital de San Rafael fue fundado en 1791 por Menéndez de Luarca y estuvo en servicio hasta que se abrió la Casa de Salud Valdecilla en 1928. Entre intermitentes períodos de abandono fue sede del Conservatorio de Música, de la Escuela de Náutica, comedor social, etc., hasta que fue recuperado en 1964 por la Diputación Provincial de Santander pero, debido al alto coste de su restauración, quedó abandonado de nuevo hasta que en 1984 se inicia su restauración. Desde 1987 es sede del Parlamento de Cantabria.
El tramo de calle comprendido entre la iglesia de Consolación y el Hospital de San Rafael recibió, en 1882, el nombre de "Menéndez de Luarca", en homenaje a quien fuera Regente de la Provincia de Santander durante la Guerra de Independencia, Obispo de Santander y fundador del Hospital de San Rafael. Sin embargo, desde el Hospital hasta Cuatro Caminos la calle seguía llamándose Calzadas Altas. Otros tramos de la calle también tenían su propio nombre: "Consolación", "Santa Cruz del Monte Calvario" y "Alonso Gullón". En 1950 la calle fue unificada y se quedó con el actual nombre de Calle Alta.
En la ladera sur de la calle, sobre la Peña del Cuervo, estuvo el Cementerio Municipal de San Fernando, en unos terrenos que el Ayuntamiento compró a la condesa de Isla. El cementerio estuvo en uso desde 1830 hasta que se abrió el actual cementerio de Ciriego. En 1928 se inauguró el cuartel de la Guardia Civil en donde actualmente está la plaza de los Derechos Humanos. Al final de la calle, ya en Cuatro Caminos, donde hoy está la plaza de México, se estableció el Matadero Municipal.
En 1656 se funda el Convento de las Madres Clarisas de la Santa Cruz del Monte Calvario. En 1835, debido a la Desamortización de Mendizábal, las monjas abandonan el convento y se instala en él una fábrica de tabacos, que empieza a producir en 1838 hasta que en 2002 Tabacalera, dueña de la fábrica y del edificio, traslada la producción a su nueva planta de Entrambasaguas.
En el tramo de calle llamado Alonso Gullón se construyó en el siglo XIX el denominado Edificio de Exposiciones, destinado a acoger certámenes de ganadería, agricultura y jardinera, mítines, reuniones, etc. Tuvo su mayor apogeo en los reinados de Amadeo I de Saboya y Alfonso XII. En los años veinte, durante unos años, fue la sede de los Boy Scouts de Santander hasta que fue derribado. En el solar se construyó el Colegio Ramón Pelayo, inaugurado en 1933.
Los vecinos de la calle Alta "de toda la vida" llevan con orgullo el ser "callealteros", algo que, dicen, les imprime un carácter especial. Celebran su fiesta patronal el día de San Pedro. El callealtero más conocido es, sin duda, Marcelino Menéndez Pelayo, que vivió en el número 15 de la calle. En el número 30 se encuentra el que es el edificio habitado más antiguo de Santander. Es del siglo XVIII y en una de sus esquinas aún se puede ver un antiguo escudo nobiliario perteneciente al linaje de Estrada.
En la calle Alta también tuvo su sede la Prisión Provincial, en cuyos terrenos actualmente hay un aparcamiento.
Un poco de historia (LVIII). La calle Lealtad
Un poco de historia (LVI). La plaza de las Brisas
Calle Alta
En 1801 el Ayuntamiento dispone que "conociendo lo urgente y útil que es la avenida de la carretería por el camino Alto o de las Calzadas Altas no se permitía a la carretería venir por el camino de Becedo, como paseo que disfruta el vecindario". Los carros que accedían a la ciudad por este camino bajaban al centro por las cuestas del Hospital y de Gibaja, o por debajo de la torre de la Catedral.
Calle Alta (1936)
Era este un camino poblado de pequeñas y modestas casas habitadas por los mareantes del Cabildo de Arriba y uno de los lugares más típicos de la Puebla Vieja. La vida en este barrio está magníficamente retratada en Sotileza, la gran obra de José María de Pereda.
El Hospital de San Rafael fue fundado en 1791 por Menéndez de Luarca y estuvo en servicio hasta que se abrió la Casa de Salud Valdecilla en 1928. Entre intermitentes períodos de abandono fue sede del Conservatorio de Música, de la Escuela de Náutica, comedor social, etc., hasta que fue recuperado en 1964 por la Diputación Provincial de Santander pero, debido al alto coste de su restauración, quedó abandonado de nuevo hasta que en 1984 se inicia su restauración. Desde 1987 es sede del Parlamento de Cantabria.
Hospital de San Rafael
El tramo de calle comprendido entre la iglesia de Consolación y el Hospital de San Rafael recibió, en 1882, el nombre de "Menéndez de Luarca", en homenaje a quien fuera Regente de la Provincia de Santander durante la Guerra de Independencia, Obispo de Santander y fundador del Hospital de San Rafael. Sin embargo, desde el Hospital hasta Cuatro Caminos la calle seguía llamándose Calzadas Altas. Otros tramos de la calle también tenían su propio nombre: "Consolación", "Santa Cruz del Monte Calvario" y "Alonso Gullón". En 1950 la calle fue unificada y se quedó con el actual nombre de Calle Alta.
Cementerio de San Fernando
(Imagen procedente de "Cantabria y Santander en el recuerdo")
En la ladera sur de la calle, sobre la Peña del Cuervo, estuvo el Cementerio Municipal de San Fernando, en unos terrenos que el Ayuntamiento compró a la condesa de Isla. El cementerio estuvo en uso desde 1830 hasta que se abrió el actual cementerio de Ciriego. En 1928 se inauguró el cuartel de la Guardia Civil en donde actualmente está la plaza de los Derechos Humanos. Al final de la calle, ya en Cuatro Caminos, donde hoy está la plaza de México, se estableció el Matadero Municipal.
Colegio de la Purísima Concepción
Matadero Municipal
En 1656 se funda el Convento de las Madres Clarisas de la Santa Cruz del Monte Calvario. En 1835, debido a la Desamortización de Mendizábal, las monjas abandonan el convento y se instala en él una fábrica de tabacos, que empieza a producir en 1838 hasta que en 2002 Tabacalera, dueña de la fábrica y del edificio, traslada la producción a su nueva planta de Entrambasaguas.
Edificio de Exposiciones
En el tramo de calle llamado Alonso Gullón se construyó en el siglo XIX el denominado Edificio de Exposiciones, destinado a acoger certámenes de ganadería, agricultura y jardinera, mítines, reuniones, etc. Tuvo su mayor apogeo en los reinados de Amadeo I de Saboya y Alfonso XII. En los años veinte, durante unos años, fue la sede de los Boy Scouts de Santander hasta que fue derribado. En el solar se construyó el Colegio Ramón Pelayo, inaugurado en 1933.
Calle Alta nº 30 (siglo XVIII)
Los vecinos de la calle Alta "de toda la vida" llevan con orgullo el ser "callealteros", algo que, dicen, les imprime un carácter especial. Celebran su fiesta patronal el día de San Pedro. El callealtero más conocido es, sin duda, Marcelino Menéndez Pelayo, que vivió en el número 15 de la calle. En el número 30 se encuentra el que es el edificio habitado más antiguo de Santander. Es del siglo XVIII y en una de sus esquinas aún se puede ver un antiguo escudo nobiliario perteneciente al linaje de Estrada.
Prisión Provincial
En la calle Alta también tuvo su sede la Prisión Provincial, en cuyos terrenos actualmente hay un aparcamiento.
Un poco de historia (LVIII). La calle Lealtad
Un poco de historia (LVI). La plaza de las Brisas